miércoles, 3 de diciembre de 2014

Cuando nada va bien

Bueno, aquí me encuentro sentada en mi sofá sin saber qué hacer realmente. Las cosas no me van muy bien, pero no solo en casa si no también en el colegio. No sé como me encuentro, es raro, pero sé que bien no, porque llevo como cuatro días que cuando estoy sola en vez de pensar en todo lo bueno, pienso en lo malo, y puede que otras personas exploten pegéndole un muñetazo a algo u otras que no le importan. Mi forma de explotar es llorar y venga llorar y reflexionar de lo que he hecho mal para que todo no de resultado aunque haya habido algún que otro esfuerzo. En casa, medio no me entienden y se creen que nada más estoy con el teléfono y pensando en los pajaritos de tener cosas igual que de salir fuera con los amigos. No sé lo que me pasa sinceramente, lo que verdaderamente sé es que tengo que intentar acabar con esto y seguir hacia delante con todas mis fuerzas, porque el mundo no se acaba aquí porque sé que se puede y que donde estoy no me lo ha regalado nadie nada más que lo he conseguido yo. Todo cuesta y tiene su recompensa. Toca esforzarse y estar en lo que hay que estar, pensar en positivo y en el momento que no entiendas alguna piedra que se pone en el camino, habla con esa piedra, y si no te conviene mandala fuera de tu vida.

La felicidad para mí es lo más grande, al igual como me encanta hacer reir a la gente, y por ello soy tan risueña porque no hay cosa más bonita que ver a la gente sonreir. Ahora bien, como siempre, en realidad, casi siempre estoy con una gran sonrisa. La gente que me conoce sabe cuando realmente estoy fastidiada y vienen a apoyarme, y eso dice mucho de ellos, porque se preocupan en las malas y en las buenas están para que todo aquello sea inolvidable. Estoy orgullosísima de los que tengo a mi lado porque son los que me dan animos para levantar cabeza y enseñarme a ver que el mundo no se acaba aquí.

No sé ya en qué pensar para no ponerme a llorar, pero sí que escribiendo y dibujando todo se me pasa. En el próximo trimestre hay nuevas espectativas y  voy a superarlo todo y  pondré todo encima de la mesa y  tendré que cambiar aquellas cosas que no me vienen bien y estropean mis objetivos. Pero no debo preocuparme del todo porque todo tiene solución porque de todo se sale menos de la muerte.

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